uando el inversionista se pregunta qué riesgos representa la inversión inmobiliaria, la respuesta es que los riesgos son los mismos que en instrumentos financieros como acciones o bonos. Sin embargo, a diferencia de éstos últimos, donde se espera un ingreso periódico, la ganancia en bienes raíces se genera en la valoración final, que siempre debe encontrarse por encima de la inversión inicial.
A pesar de los factores inherentes de riesgo, el más peligroso de ellos al menos en bienes raíces es el exceso de confianza, pues si bien la inversión inmobiliaria tiene un conocido alto potencial para redituar ganancias, también es necesario un movimiento cuidadoso de los recursos que se encaucen a ella. No importa si el capital con el que se cuenta es suficiente para comprar un departamento de una sola habitación o todo un edificio, siempre y cuando se esté consciente que los recursos utilizados podrán, como en cualquier otra inversión, retribuir una ganancia si se dispone adecuadamente de ellos.
Para cualquier negocio es vital, además de conocer el mercado de su competencia, estar al tanto de las necesidades que surjan en éste, y el caso de la inversión inmobiliaria no es la excepción, el inversionista debe estar vigilando su contexto actual, tanto social como económico, para así prever el futuro, y de esta manera tomar una decisión concienzuda acerca de cuál sería la opción más viable para invertir.
¿En qué invertir?
El primer reto del inversionista es conocer exactamente qué inmueble es el que puede ofrecer mayor rentabilidad. Para esto es necesario saber qué es lo que caracteriza a los bienes raíces. No es sencillo conjugar varios elementos como los que a continuación se refieren, pero es exactamente éste el reto para fijar el inmueble ideal en el que se pueda invertir.
Ubicación
La ubicación es una de las particularidades de los bienes raíces que determinan en gran magnitud su valor. Al considerar que trasladar un inmueble es costoso y por demás complejo, su localización es un factor que inevitablemente deberá tomarse en cuenta, así como también su entorno, que casi siempre es inmodificable.
La ubicación puede ser geográfica, temporal o de posicionamiento. La primera se refiere a su emplazamiento físico; en dónde se encuentra, que es sin duda uno de los elementos que inciden directamente en la rentabilidad de un inmueble. La ubicación temporal se refiere al movimiento oportuno, observar y concluir si es el momento adecuado para realizar una determinada operación con el inmueble. Por su parte, el posicionamiento se refiere al nicho de mercado al que puede dirigirse la propiedad en la que se planea invertir.
Amplitud
Además de hacer alusión a su espacio, la amplitud se refiere a la cantidad de recursos y tiempo que los bienes raíces substancialmente demandan. Esto aplica generalmente a los proyectos que se inician desde los cimientos, y cuya extensa inversión en dinero y tiempo puede afectar su valor final.
Vida útil
El uso práctico y la naturaleza material de una construcción pueden perdurar por mucho tiempo si se le provee de un mantenimiento regular. No obstante, la duración de su rentabilidad está sujeta a factores externos, por lo que no es constante.
Articulo de REM.